CONFIDENCIAL. 

Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA. 

El rentismo del SNTE. 

El nuevo dirigente del magisterio tamaulipeco, Arnulfo Rodríguez Treviño, soltó el anzuelo: la sección 30 de Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), volverá a sus prácticas del pasado: rentar su fuerza política a cambio de diputaciones, alcaldías , regidurías y sindicaturas. 

Lo dijo el pasado jueves , durante la presentación del nuevo comité seccional en las instalaciones de la secundaria federal 4, en Ciudad Victoria. 

El profesor, nacido en el ejido Charcos del municipio de Villagrán, recordó que, en el 2013, cuando terminó su primer mandato al frente del SNTE, y antes, el magisterio tenía posiciones políticas que lo representaban, tanto en el Congreso del Estado como en algunos ayuntamientos. 

“Hoy no tenemos a nadie”, dijo. 

Tiene razón. Desde siempre el SNTE había rentado su fuerza política al mejor postor. Ofrecía el voto de los maestros A cambio recibía alcaldías o diputaciones. Lo hacía en todo el país.  

De hecho, al darse cuenta de la atractiva rentabilidad política de la organización sindical, en 2005, el SNTE fue más allá al crear a nivel nacional su Partido Nueva Alianza (PANAL).  

A partir de ahí dejó de lado la renta de votos y le entró abiertamente a la competencia política. Le funcionó hasta el 2018 cuándo el PANAL perdió su registro como partido político. El encarcelamiento, en 2013, de Elba Esther Gordillo, termino repercutiendo en el partido de los profes. 

Rodríguez Treviño sabe pues de lo rentable que son los votos de los profes y,  

por eso ahora que regresa a dirigir la sección 30 del SNTE, anuncia como una de sus prioridades, hacer que el sindicato pueda retomar aquellas prácticas del pasado, en busca de puestos de elección popular. 

Sabe que es el momento ideal para ello, porque en el 2024 los tamaulipecos iremos a las urnas para elegir un nuevo presidente de la republica y renovar el Congreso de la Unión, con nuevos senadores y diputados federales, pero también para elegir 43 nuevos alcaldes y 36 diputados locales. 

Por eso suelta el anzuelo, porque sabe que la sección 30 es una carnada muy atractiva para los partidos políticos y sobrará quienes la quieran morder. 

Imposible despreciar a un SNTE que tiene en Tamaulipas poco más de 56 mil maestros que, en cualquier elección pueden hacer la diferencia entre el triunfo o la derrota. 

La pregunta es: ¿para qué quiere Arnulfo que el SNTE tenga representación política? Si es para defender los intereses del profesorado, que bueno. Se vale. 

Sin embargo, la historia dice que cuando el SNTE tuvo diputados, tanto en lo local como en lo federal, o regidores y síndicos en los ayuntamientos, no fue algo que se materializara en mejoras o conquistas sindicales para los profes. 

Más bien, los beneficiados fueron principalmente los mismos usufructuarios de esos espacios de poder y su círculo familiar o de amistad. Basta ver el patrimonio económico que poseen aquellos que han encabezado la sección 30 en Tamaulipas. 

Por eso, cuando Arnulfo habla de recuperar para el SNTE esos espacios,  parece más una intención de agrandar su poder político como dirigente de la organización sindical, que una pretensión de defender los intereses de los maestros. 

Lo admite cuando advierte que, “vienen tiempos políticos muy difíciles en el 2024”, y seguramente sabe que, a causa de ello, los votos de los maestros se cotizarán muy alto. 

Por cierto, no está por demás recordar que, él mismo quiso ser diputado local, pero las condiciones políticas de aquel entonces no se lo permitieron. Quizá esté pensando que, en una de esas ahora si se le hace obtener, a corto plazo, un asiento en el Pleno del Congreso del Estado. 

ASI ANDAN LAS COSAS. 

roger_rogelio@hotmail. 

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