CONFIDENCIAL
Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.
¿A quién le echamos la culpa?
Fue la misma historia de cada elección: el gran vencedor en la competencia por la senaduría de Tamaulipas, el pasado domingo, fue el abstencionismo.
No ganó José Ramón Gómez Leal, el abanderado de Morena, como dicen las cifras del INE. Triunfó el desprecio o el desdén ciudadano.
De acuerdo con los primeros números del INE, apenas acudió a votar el 21 por ciento de los electores, que representan alrededor de 579 mil votos.
¿A quién le echamos la culpa? ¡A todos! Comenzando por las autoridades electorales. Este desinterés de la ciudadanía por participar en una elección constitucional, cualquiera que sea, es un asunto viejo pese a lo cual ni el INE, en lo federal, ni el IETAM en lo local, han sido capaces de revertirlo.
Evidentemente el desprecio ciudadano por el ejercicio del voto es multifactorial, pero, en mi opinión, hay dos razones principales que lo originan: uno, precisamente esa falta de voluntad o decisión por informarle, con amplitud y sencillez, al elector, cuáles son los beneficios y perjuicios de acudir o no a las urnas; y dos el hartazgo ciudadano por las elecciones.
Comencemos por la primera: Ha sido práctica común que solo en las semanas o meses previos a una elección, el INE o el IETAM desplieguen una campaña mediática para informar u orientar al ciudadano acerca de la elección en puerta.
Sin embargo, no he visto ni escuchado alguna estrategia ingeniosa, permanente, a través de medios de comunicación o redes sociales, en las que se informe a la población, acerca de las funciones que realiza un legislador, un alcalde o un gobernador.
Un amplio sector social no tiene la menor idea de las facultades o responsabilidades de un senador, un diputado, un presidente municipal, o incluso de un gobernador.
El proceso educativo a la sociedad con relación a los procesos electorales debe ser permanente, e incluso iniciando desde los primeros años de educación de las nuevas generaciones. Si desde su formación inicial se les enseña a las personas sobre ese derecho al voto, seguramente a la vuelta de pocos años tendremos una sociedad más participativa.
Por ahí es dónde deben iniciar el INE y el IETAM, si es que quieren llegar a tener la posibilidad de vencer al abstencionismo.
Sin embargo, también tienen mucha culpa los partidos políticos y todos los actores políticos en general, porque cada vez han desprestigiado más su actividad.
La ciudadanía desconfía de ellos. No les cree nada de lo que ofrecen o prometen en campaña, porque sabe que una vez instalados en su cargo se dedican a todo menos a defender los intereses de la sociedad.
Por supuesto, también abonan al desprestigio las recurrentes historias de escándalos de corrupción que involucran a muchos gobernantes y legisladores, porque eso fortalece la creencia social de que quienes buscan ocupar un cargo de elección popular lo hacen solo para beneficiarse y beneficiar a los suyos.
Por todo ello, si queremos que llegue el día en que el abstencionismo sea el perdedor en una elección constitucional, tanto el árbitro electoral como los partidos deben hacer la parte que les corresponde.
De lo contrario, seguramente en el 2024 aquí estaremos escribiendo nuevamente sobre lo mismo. Y la verdad, qué pena.
EL RESTO.
TRAGEDIA EN GESTACION. – Nos insisten en que algunos antros de vicio en ciudad Victoria, están convertidos en verdaderas trampas mortales.
Cada fin de semana reciben a cientos de clientes que conviven en espacios son insuficientes o sin puertas de emergencia, lo que en una eventual emergencia los pondrá en grave riesgo de muerte.
Podríamos citar nombres de algunos de esos antros, pero la idea no es exhibir a nadie, sino hacer que la autoridad se de por enterada de la gestión de una tragedia. Ojalá que lo haga antes de que sea demasiado tarde.
ASI ANDAN LAS COSAS.
roger_rogelio@hotmail,com