CONFIDENCIAL

Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.

Los militares se quedan.

A raíz de los acontecimientos recientes ocurridos en Nuevo Laredo, donde militares dieron muerte a 5 jóvenes y dejaron gravemente herido a otro, se ha desatado un linchamiento mediático hacia las fuerzas castrenses.

La difusión en redes sociales de videos donde se aprecia a civiles enfrentando y pateando a militares luego de los hechos fatales, ha alimentado el odio ciudadano hacia las fuerzas castrenses.

Si se tratara de un juicio sumario, los soldados involucrados ya habrían sido hallados culpables, y de existir la pena de muerte, hasta sacrificados.

Sin embargo, me parece que como ciudadanos debemos actuar con prudencia, y con inteligencia. Recordar que, no es sano hacer juicios apresurados, y menos cuando no se ha escuchado a las dos partes involucradas.

Hasta el momento, se nos ha informado que los jóvenes regresaban de una fiesta, y que luego de una persecución los militares los abatieron a tiros. Incluso se asegura que las víctimas recibieron el tiro de gracia.

Esa es la versión de los familiares de los fallecidos, pero no conocemos la de los soldados.

Debe quedar claro que, si los militares, por equivocación o dolosamente asesinaron a los jóvenes, tienen que pagar por ello. Deben enfrentar a la justicia. Pero para ello es necesario esperar a que las autoridades concluyan su investigación.

Lo que si me parece una exageración es la exigencia de un amplio sector de la sociedad, que insiste en su cantaleta de retirar a los militares de las calles. Regresarlos a los cuarteles, pues.

La verdad, quienes claman por ello no tienen ni la menor idea de lo que plantean. Si con las fuerzas federales patrullando las ciudades, la mayor parte del país está envuelto en una pesadilla de violencia y sangre, al grado de que tan solo en los últimos cinco años ha cobrado más de 140 mil muertos, no quiero imaginar lo que sucedería si militares, marinos y guardia nacional regresan a sus bases.

¿Usted cree que las policías estatales serán capaces de contener a los grupos criminales? Por supuesto que es ingenuo suponer que así será.

La delincuencia organizada es un monstruo al que solamente el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, son capaces de enfrentar. Sin las fuerzas federales en las calles, el país entero será tomado como rehén por los delincuentes.

Para comprobarlo, no tenemos más que voltear hacia Zacatecas, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, estados que llevan varios años sumidos en un baño de sangre, propiciado precisamente los grupos criminales que se disputan esos territorios.

Los tamaulipecos sabemos muy bien de que se trata. Durante casi una década vivimos el terror de las narcobalaceras, las masacres a plena luz del día, los secuestros, y todo una gama de delitos que cobraron la vida a miles de personas, muchas de ellas inocentes.

Fácilmente, al menos cinco de cada diez tamaulipecos tenemos un familiar, directo o indirecto, o al menos un conocido o amigo, que fue víctima de esa era de terror delincuencial.

Entonces, ¿por qué esa necedad de querer que el gobierno saque a las fuerzas federales de las calles?

¿Por qué en vez de demandar el regreso de las fuerzas federales a los cuarteles, no le exigimos a los gobiernos que capaciten a soldados, marinos y guardias nacionales, para que estén en aptitud de realizar tareas de seguridad pública? 

Eso sería lo mejor para todos. Si los capacitan, se reduciría la posibilidad de que se repitan hechos trágicos como los de Nuevo Laredo, y de paso se evitaría que los ciudadanos nos quedemos indefensos ante el crimen organizado.

Porque eso es lo que sucederá si al gobierno federal se le ocurre sacar de las calles a militares y marinos: nos dejaran a merced de la narcodelincuencia.

¿Usted quiere eso? No lo creo.

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com

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