CONFIDENCIAL
Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.
La fealdad de la capital solo se quita con agua
Extraordinario que el gobierno del Estado haya aprobado el “Fondo de Capitalidad”, que le garantizará a Victoria, al menos durante el presente año, una inversión por alrededor de 270 millones de pesos.
La idea es de que, anualmente el Estado destine esa cifra para inversión extraordinaria en la capital.
Que bueno que así sea. Seguramente ese recurso ayudará mucho a disminuir los rezagos históricos en pavimentación, obras de infraestructura, servicios públicos y otros, que tienen frenado el desarrollo de la ciudad.
El problema es que, nunca habrá dinero que alcance para hacer que el desarrollo y la economía victorense despunten. Los recursos extraordinarios del estado servirán apenas para una manita de gato, pero no para impulsar la generación de empleos en masa y de calidad, que es uno de los factores que ayudarían a detonar el despunte de la capital.
Para lograr que Victoria salga del atraso en que se mantiene, se necesita inversión privada. Se requiere que se instalen aquí grandes industrias, que generen circulante en abundancia que impulse la economía local. Esa es la única alternativa para que dejemos de ser la capital más feíta de las 32 que existen en el país.
El problema es que, los inversionistas le sacan la vuelta a Victoria porque el insumo principal, el más importante, que es el agua, no existe.
Bajo esas circunstancias, en tanto los gobiernos no se apuren en encontrar la fórmula para garantizarle a la ciudad el agua que requiere, la capital del estado seguirá rezagada y despreciada. Esa es la verdad de las cosas.
Insisto: el Fondo de Capital es un respiro y ayudará a resolver algunas prioridades, como la mejora en servicios públicos y la pavimentación, y si acaso alguna obra vial, pero no pasará de ahí.
La solución esta en resolver la crisis del agua que padece Victoria. La urgencia no solamente es para garantizar el abasto doméstico, sino también porque de ello depende el futuro de la capital.
Lamentablemente la solución no se ve nada próxima. Los gobiernos siguen estancados en el mismo discurso de los proyectos, pero nadie habla de la disponibilidad de recursos para obras y menos de la fecha de inicio.
Ni siquiera hay claridad acerca de cual será la solución a la que se recurrirá. Por un lado, hay una empresa perforando pozos, buscando agua en las profundidades de la tierra, pero por otro se insiste en la construcción de una segunda línea del acueducto “Guadalupe Victoria”, y hay otra tercera opción bajo exploración, que es un acueducto del río Pánuco, que según la narrativa le resolvería el problema a Tamaulipas y Nuevo León.
El asunto es que ninguna de las tres opciones que se analizan con seriedad parece segura, y todo indica que, al menos en el 2023 no habrá definición y menos arranque de los trabajos.
Ayer, El Diario de Ciudad Victoria, publicó una entrevista del reportero, Alfredo Guevara, al presidente del Colegio Mexicano de Ingenieros y Arquitectos, Emilio Rafael Benavides Osorio, quien advierte que la cantidad de agua del río Pánuco sería insuficiente para garantizar el abasto de agua a Tamaulipas y Nuevo León, como se ha venido diciendo para promover la construcción de un mega acueducto.
Otros expertos insisten en que la única alternativa es instalar plantas desalinizadoras, para obtener del mar el agua que se requiere, pero por lo caro pareciera que la autoridad le está sacando la vuelta.
Bajo ese panorama, Victoria parece condenada a seguir siendo la capital más fea, y a seguir conociéndosele con el mote de “Vicky-Ranch”. Ojalá y que los gobiernos se apuren en hallar la forma de traer el agua suficiente, que acabe con el suplicio de cada año que padecen los victorenses, y que a la vez garantice el principal insumo que reclaman los inversionistas para establecerse aquí.
Para decirlo en palabras llanas: la fealdad de la capital solo se quita con agua.
ASI ANDAN LAS COSAS.