CONFIDENCIAL

Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.

Serénense todos

La del pasado miércoles fue una sesión plenaria inusual en el Congreso del Estado. No hubo gritos ni insultos, y menos conatos de riña entre los diputados.

Luego de dos semanas consecutivas de tensión permanente, por la violenta toma de la mesa directiva el lunes 13 de junio, y el “secuestro” del salón de plenos al día siguiente, a propios y extraños sorprendió la tranquilidad con que transitaron los trabajos parlamentarios. 

Particularmente sorprendió la actitud de los legisladores de Morena, sobre todo porque durante las tres asambleas previas habían llegado a la sede del recinto insultando abiertamente a sus pares del PAN.

“Ahora si ya se van a ch…su m…” soltó la diputada por Reynosa, Guillermina Magaly Deandar, tres días después de la elección del cinco de junio, cuando arribó, eufórica, con otros cinco de sus compañeros al edificio del Congreso del Estado.

“Ya se van corruptos”, fue una expresión de uso recurrente por parte de los morenistas, en medio de sus festejos por la victoria lograda en las urnas. Pero más que un festejo, con mariachi incluido, aquella fue una provocación.

Y así le siguieron en los días posteriores, hasta que el 13 y 14 de junio tomaron por la fuerza la mesa directiva y se apoderaron del recinto plenario, en un intento fallido por impedir los abusos del PAN, con las reformas a la ley del Congreso para blindar su permanencia al frente de la Junta de Coordinación Política.

Para agravar las cosas, la bancada morenista llevó a tres sesiones a decenas de militantes y simpatizantes, para que arremetieran contra los panistas.

Incluso los azuzaron para que participaran en la “clausura” del recinto plenario.

Esa fue la constante desde que inició la legislatura, pero sobre todo luego de la elección por la gubernatura, hasta el pasado miércoles en que, sorprendentemente los morenistas llegaron en otro plan.

No insultaron. No gritaron. Sus entrevistas con los reporteros fueron moderadas, aun y cuando horas antes la bancada del PAN había anunciado denuncias penales contra siete de ellos.

¿Qué sucedió? Ellos no lo dijeron. Pero ayer se supo que la bancada guinda se reunió con el gobernador electo, Américo Villarreal Anaya. Seguramente el también senador con licencia les pidió “serenarse”.

Como sea, eso es bueno. Era urgente calmar los ánimos porque la situación estaba a punto de hacer crisis. Aquí lo advertimos en varias ocasiones: las condiciones eran propicias, incluso para que ocurriera una tragedia por la participación de personas ajenas al poder legislativo.

Esperemos que en adelante las sesiones sean como la de este miércoles. Nos daremos cuenta la siguiente semana, cuando martes y miércoles comparezcan cinco secretarios para la glosa del sexto informe del gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.

Ojalá y también los panistas actúen con cordura. Si quieren paz, como lo demandó Sandra Luz García Guajardo, deben dar paz. 

Porque hay que decirlo también, los panistas han abusado de su posición de poder, y ya se sabe que, a toda acción hay una reacción.

EL RESTO.

AUSENTES.- El próximo martes y miércoles comparecerán ante el Congreso los secretarios de bienestar social; obras públicas; educación; salud y turismo, para la glosa del sexto informe del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

Los grandes ausentes de la glosa son los titulares de seguridad pública, finanzas y educación. Eran ellos los más obligados a rendir cuentas ante los diputados, pero evidentemente quisieron protegerlos. Por algo será.

Como quiera que sea, las comparecencias han generado mucha expectativa, sobre todo porque, a diferencia de años anteriores, hoy el PAN no tiene posibilidades de “blindar” a los secretarios. Esta vez no van a tener un día de campo. Al menos eso parece.

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com

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