
Gobierno de Francia buscará calmar tensión por la reforma de pensiones
Francia entra en una semana decisiva para ver si continúa la crisis política causada por la aprobación sin voto en la Asamblea Nacional de la reforma de las pensiones o si el Gobierno consigue apaciguar una tensión cada vez más elevada.
La primera ministra, Élisabeth Borne, ha citado este lunes a los presidentes de los grupos parlamentarios en la Asamblea Nacional para intentar restaurar el diálogo y tratar de avanzar en la agenda legislativa.
Pero tres de esos grupos, el del izquierdista La Francia Insumisa, el comunista y el ecologista, ya han avanzado que no acudirán y en cambio han convocado para el martes una marcha sobre el Palacio de Matignon, la sede del Gobierno.
El miércoles será el turno para la reunión convocada por Borne con los principales líderes sindicales.
Los ocho sindicatos que integran el lado social de la protesta han confirmado su asistencia, pero insisten en pedir que el Gobierno congele la puesta en marcha de la reforma de las pensiones para dejar tiempo a discutir nuevas posibilidades.
Borne ha advertido ya de que poner en suspenso una ley aprobada legalmente “es algo que no existe” y que espera hablar con los líderes sindicales de otros asuntos relacionados con el trabajo, como carreras profesionales o empleos especialmente penosos. Esto anticipa que la cita del miércoles puede no acabar bien.
Nueva jornada de paros y protestas en Francia
Y el jueves habrá una nueva jornada nacional de manifestaciones y huelgas convocada por los sindicatos, la undécima desde que empezaron estas protestas en enero contra la reforma de las pensiones.
La incidencia de los paros y el nivel de asistencia a las manifestaciones puede ofrecer ese día un nuevo termómetro de si la protesta social va a mantener su intensidad a pesar de los intentos del Ejecutivo por pasar página y apaciguar al país.
A calmar los ánimos no contribuyó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien denunció en una entrevista publicada hoy el “terrorismo intelectual de extrema izquierda” de algunos dirigentes políticos que, en su opinión, justifican la violencia y criminalizan la acción de la policía.
Además de las acusaciones de exceso de dureza de las fuerzas del orden durante las protestas sobre las pensiones, la violencia de los enfrentamientos en una manifestación ecologista el pasado 25 de marzo ha abierto un nuevo debate con acusaciones cruzadas