
Inflación frena propuesta de producción de auto consumo
Ayer el costal de concentrado para aves alcanzó los $220.00
ERNESTO H. SALGADO
Pequeños productores agropecuarios así como jefes de familia que confían en la producción de auto consumo son afectados por la inflación que golpea duramente al campo que enfrenta el alza constante de precios en el sector de alimentos de animales, aves de corral y especies pequeñas cuya base de alimentación es el maíz.
Fabiola Flores, que intenta crear una casa auto sustentable en la generación de sus propios alimentos dijo ayer que quedó sorprendida al saber ayer el costo de un bulto de veinte kilos de alimento concentrado para aves que se alcanzó los doscientos veinte pesos, cuando apenas hace unos meses costaba ciento veinte.
Empleados de unas de las forrajeras abiertas ayer afirmaron que el maíz es uno de los insumos más utilizados para la elaboración de concentrados y explicaron que este producto registró un incremento en precios de 94% desde julio de 2020 hasta abril de 2022 y revelaron que los costos seguirán al alza.
Haciendo un análisis comparativo de precios, en el último mes el valor del concentrado tuvo un aumento de 50% en casi todas las casas productoras y de distribución.
La entrevistada dijo que el llamado del presidente para producir lo que consumimos los mexicanos se quedará en el discurso porque producir huevo, carne, pollo y otros alimentos básicos costará una fortuna, mucho más que adquirir lo que producen los grandes productores.
Detener el alza de las gasolinas, el diésel, la energía eléctrica, eso es lo fundamental”,
Heriberto San Martín, vendedor ambulante de hot dog y hamburguesas de 38 años, desconsolado dijo que la inflación le está pegando duro. “De enero hasta ahora, mi utilidad [beneficio] ha pasado del 50% al 30%”, explica al otro lado de su puesto móvil, “Sigo vendiendo todo al mismo precio, pero lo que compro ha subido mucho y mis ganancias, claro, son menos. La gente piensa que los productos de un local son de mayor calidad que aquí, en la calle, aunque sea cierto: ellos sí pueden subir precios, nosotros no”, resume, resignado, intentando hacerse oír entre el ruido ensordecedor del tráfico en una de las principales arterias de la capital mexicana.