
Crisis en el campo, sequía en Tamaulipas
José Juan Salinas/ El Campo
La crisis en el sector rural MEXICANO se ha hecho cada vez más profunda, porque la mayoría de los cultivos y de los productos pecuarios y forestales han dejado de ser rentables. La falta de políticas, de planeación, fomento y regulación en la economía rural ha provocado mayor atraso y pobreza en el medio rural.
Esta crisis se ha agravado con la falta de infraestructura y servicios, la reducción de los subsidios, la poca protección a la producción nacional y el mercado interno, la falta de crédito para millones de productores, la carencia de investigación, innovación tecnológica, asistencia técnica y capacitación.
Como consecuencia del abandono en que se encuentra el campo, la actividad agropecuaria y forestal se ha ido descapitalizando, se ha reducido la producción, se ha incrementado la dependencia alimentaria, se ha destruido la planta productiva, sobre todo de granos y productos básicos, además de que se han desarticulado las cadenas productivas.
La falta de planeación en los procesos productivos ha provocado que seamos el primer importador de alimentos en América Latina, al poder competir con nuestros socios comerciales, debido a las asimetrías que tenemos con Estados Unidos y Canadá en productividad y rentabilidad, ya que los productores de esos países tienen acceso a mejores tecnologías, créditos más accesibles y subsidios más altos. Por ello es necesario definir pues una política de planeación a partir de la demanda de los mercados, la vocación productiva de nuestros suelos, pero sobre todo tratando de alcanzar la autosuficiencia alimentaria de nuestro país.
Con una política pública incluyente y estratégica y una equilibrada inversión en el sector rural, el desarrollo agropecuario mexicano podría alcanzar mayores niveles de productividad y disminuir la dependencia en granos principalmente con mejores tecnologías, de producción e insumos de mayor calidad.